A esta complejidad se añade el hecho de que los operadores de puentes y túneles suelen depender de múltiples sistemas, desde sistemas de radiocomunicación y señales de mensaje variable que muestran límites temporales de velocidad y otras instrucciones a los conductores, hasta sistemas de gestión de la ventilación y sistemas de supervisión, control y adquisición de datos (supervisory command and data acquisition systems, SCADA).
Este mosaico de tecnologías suele ser difícil de manejar, gestionar, mantener y compatibilizar. Los distintos sistemas suelen requerir formación separada y, a menudo, personal de operaciones específico, ya que hay múltiples sistemas implicados.
Estas soluciones fragmentadas también pueden ser muy peligrosas. Si se produce un accidente importante en un túnel, por ejemplo, se utilizan habitualmente sistemas independientes para controlar la ventilación y sofocar los posibles incendios. Esto puede provocar retrasos y errores de gran magnitud.